Equipo
"También me interesa reparar cosas por el aspecto de la sostenibilidad. Todos-as salimos ganando". (Alumno de 9º curso)
Walter Kraus
Fundador del taller y profesor de física y matemáticas
Eberhard Escales
Instructor voluntario de reparaciones, antiguo ingeniero mecánico
Marek Blaszczynski
Profesor de matemáticas y física, supervisión del taller
Claudia Munz
Gesellschaft für Ausbildungsforschung und Berufsentwicklung München eG // Sociedad para la Investigación de la Formación y el Desarrollo Profesional Múnich eG (apoyo científico)
Andrea Tognon
Conserje de la escuela
Instructor voluntario de reparaciones
Un día normal en el Taller de Reparación por Estudiantes
"¡Sí! ¡Lo hicimos!"
Son las 10:15 de un lunes por la mañana y doce alumnos-as de 9º y 10º curso, aproximadamente el mismo número de chicas y chicos, se han reunido en el Taller de Reparación por Estudiantes. Los-as alumnos-as son recibidos por el profesor encargado y por dos instructores de reparación voluntarios, y se les pide que se sienten en círculo. En este foro inicial, los-as alumnos-as cuentan sus experiencias con las reparaciones en las que han trabajado durante la última clase. He aquí algunos ejemplos reales:
Sophie: Amelie y yo reparamos un reproductor de CD que, según el cliente, tenía una unidad rota. Al cabo de un rato, descubrimos que la unidad no era el problema. Con un poco de limpieza y reajuste, pudimos repararlo con éxito.
Benedikt: He arreglado un osito bailarín que funcionaba con pilas. He limpiado el compartimento de las pilas y ha vuelto a funcionar. Pero sólo ha funcionado un minuto; ahora tengo que volver para ver cuál es el problema.
Sammy: Recibí una cafetera que tenía fugas. Por desgracia, no pude abrir la carcasa. Entonces busqué en Internet consejos para arreglarla y conseguí abrirla.
Tras este foro de apertura, los-as alumnos-as se distribuyen por los puestos de trabajo. Un equipo de dos chicas se dedica a reparar una llave electrónica de coche con un contacto roto. Tras una breve consulta con uno de los instructores voluntarios de reparación, las chicas deciden soldar el contacto. Nunca han soldado antes, pero eso no las desanima lo más mínimo. Se ponen las gafas de seguridad, prueban el soldador soldando en un trozo de chatarra y comprueban que lo hacen muy bien. Ahora son capaces de soldar con éxito el contacto roto, y están muy contentas: "¡Sí! "¡Lo hemos conseguido!"
Los dos chicos que reparan la batidora han llegado a un callejón sin salida. Han conseguido abrir el aparato, pero ahora tienen que averiguar cuál es exactamente el problema con el interruptor de encendido y apagado. Pueden ver que hay engranajes de plástico en el interior de la batidora y que uno de ellos está roto. El instructor de reparación al que han pedido ayuda les pregunta qué han podido averiguar sobre este tipo concreto de plástico. Le responden que lleva la marca "POM". El voluntario les informa de que no podrán conseguir un recambio para el engranaje porque está hecho de un plástico industrial especial. Los alumnos preguntan si merece la pena pegar la pieza rota. Tras discutir qué pegamento podría ser el adecuado para la tarea, los alumnos se ponen manos a la obra. Son muy cuidadosos con la delicada pieza; este trabajo requiere mucha destreza manual. A continuación, pegan la pieza con éxito. Cuando el pegamento se ha endurecido lo suficiente, vuelven a montar la batidora y llaman al profesor antes de probarla para ver si vuelve a funcionar. Funciona, y los chicos están encantados.
Mientras tanto, llega otra clienta con una tostadora rota. La estudiante que puede tomarse un descanso de la reparación en la que está trabajando, se encarga de hablar con la clienta. El botón que pone en marcha la tostadora ya no funciona. Al rellenar el formulario de recepción de pedido, la chica pregunta por la "relación de la clienta con el artículo a reparar". La clienta le dice que, aunque tiene otra tostadora, le tiene mucho cariño a esta más antigua porque le gusta más su diseño y, como asocia a ella muchos buenos recuerdos y emociones positivas, le gustaría que se la repararan.
Mientras todo esto sucede, los demás equipos se concentran en sus propias tareas de reparación. Durante la reparación de una plancha eléctrica, el profesor tiene la oportunidad perfecta para explicar la física de la electricidad. Esto se debe a un cortocircuito cuando el profesor enciende la plancha; gracias a las precauciones de seguridad (véase más adelante), no hubo peligro. El alumno, por su parte, ha hecho otro tipo de conexión: "es evidente que el cortocircuito lo provocaron piezas que entraron en contacto entre sí. Antes de hacer nada en el aparato, tenemos que asegurarnos de que todas las piezas están separadas entre sí, para que los contactos no se toquen". Poco antes de terminar la hora y media que dura el Taller de Reparación por Estudiantes, llegan más clientes. Esta vez es una pareja de ancianos-as que ha traído una cafetera estropeada. Durante la entrevista, también se les pregunta cómo se enteraron de la existencia del Taller. Explican abiertamente que son beneficiarios-as de prestaciones sociales, que encontraron un folleto sobre servicios gratuitos en una oficina de empleo y que en él se mencionaban los Repair Cafés. Cuando, tras investigar un poco más, descubrieron el Taller de Reparación por Estudiantes, decidieron probarlo. También explicaron que el café era su único "lujo" y que no podían permitirse una cafetera nueva, por lo que confiaban en los-as estudiantes para que se la repararan. Al final de la jornada de reparación, las personas instructoras voluntarias se sientan con el profesor para hacer un breve repaso de la clase del día. Intercambian impresiones y comentan las cosas a las que les gustaría prestar especial atención en la próxima clase.